3.Oldsense
A pesar de haber alcanzado ya los límites del condado de Oldsense,
aún nos llevó media hora más alcanzar la villa a la que nos dirigíamos. El
condado, al igual que el resto del país, era un interminable bosque de salvaje
belleza, empañado de tristeza por la fuerte tormenta con la que nos había
recibido la Comarca de Verlionen. Supe, sin embargo que habíamos llegado,
cuando nuestro coche atravesó el inmenso arco de piedra de entrada a la villa,
flanqueado por dos imponentes leones que nos miraban orgullosos desde su
púlpito de mármol. Si la búsqueda de la
armonía y el orden con la naturaleza era el canon a seguir en Ittalanda, la
villa de Oldsense rozaba la perfección. Las bonitas casas unifamiliares de
ladrillo oscuro, aparecían allí donde el bosque les daba cobijo, separadas unas
de otras por metros de indomable bosque, y cientos de flores de vistosos
colores crecían enredándose con las tejas negras de los hogares. Los árboles
formaban un improvisado jardín sin fin en toda la villa, dejando paso a serpenteantes
caminos que se perdían en la espesura, dando la sensación de que iban a
desaparecer en cualquier momento. Los caballos tiraron de nuestro coche,
tranquilos, pasando por delante de un par de casas antes de llegar a la plaza
de la villa. Me quedé asombrada cuando entramos en ella. Jamás había
contemplado una arquitectura tan perfecta, la piedra fusionándose a la
perfección con el bosque. Rodeaba la plaza un enorme pasillo de columnas
techado que nacía del bonito edificio del ayuntamiento de estilo gótico,
formando un inmenso círculo de piedra blanca en torno al centro, hacia el cual
estaban construidas todas las casitas de piedra con sus terrazas voladas.
Supuse que era un símbolo de adoración hacia la gran estatua que ocupaba el
centro exacto de la plaza de la villa.
Una hermosa mujer de mármol peinaba sus larguísimos cabellos, sentada
sobre una roca, mirando soñadora al cielo.
- Esa es Eleath, Princesa de la Luna - comentó Peter con una gran sonrisa-
Oldsense la considera la fundadora de nuestra villa.- Peter golpeó la
ventanilla que nos comunicaba con el cochero y ésta se abrió de inmediato-
Bajaremos aquí un momento ¿Puede parar junto a las columnas?
Mientras nuestro cochero dirigía el coche a la galería de
columnas, me fijé en que la estatua era en realidad una fuente. La lluvia había
llenado de agua lo que simulaba ser un río rodeando los pies de la Diosa. El
coche se detuvo y Peter se dispuso a bajar.
- Voy a comprarle mi tía sus dulces favoritos- mi amigo me señaló
a una anciana mujer que, soportando las heladas temperaturas de Oldsense, había
montado un puestecito al cobijo de la galería. Excepto ella, dos mujeres más
sentadas en un banco en el extremo opuesto de la plaza, igualmente resguardadas,
y nosotros mismos, no había nadie más por las calles de Oldsense. Un pueblo fantasma, bromeé para mis
adentros. Peter salió del coche y corrió para no mojarse hacia el puesto ambulante
de la anciana. La lluvia repiqueteaba con fuerza contra los cristales de la
cabina y, a pesar de encontrarnos en otoño, las temperaturas parecían estar por
debajo de los cero grados. Decidí bajar yo también del coche, deseosa de pisar
por primera vez mi nuevo hogar. Me apresuré a resguardarme bajo el tejado que
sostenían las columnas y eché un vistazo a mi alrededor. Me di cuenta de que
las dos mujeres del banco estaban mirándome fijamente. Ambas se habían quedado
paralizadas al ver mi rostro, asustadas. Extrañada por esa reacción, me acerqué
a Peter. Mi amigo estaba sacando una pequeña bolsita de terciopelo para pagar a
la anciana.
- Es una moneda de oro, caballero.- la anciana ofreció a Peter un
paquete de algo que se parecía mucho a las castañas y me miró para ver si
quería algo. Sus ojos se abrieron estupefactos cuando se detuvieron en mis
ojos- Divina Gea…- me estremecí. La mujer parecía realmente asustada- Clarice,
niña… ¿eres tú?
Yo la miré, confusa, sin saber qué contestar. Peter me agarró inmediatamente
del brazo y tiró de mí.
- Lo siento, señora. Debe haberla confundido con otra persona.
La mujer estiró su mano, como si intentara tocarme, pero Peter fue
más rápido y me arrastró hasta el coche. Volvimos a ponernos en marcha, aunque
yo apenas me di cuenta. La mirada de la anciana… me entraban escalofríos sólo
de imaginarla.
- No le des importancia, Sue. Ha sido una confusión.
Asentí, ante los ánimos de Peter e intenté no pensar en ello
devolviendo mi atención a la visión que me ofrecía el cristal de la cabina. El
coche había tomado el camino del norte de la plaza y, como el resto de
Oldsense, los árboles surgían de donde menos te lo esperabas, reclamando su
espacio. Me di cuenta de que ya era de noche tras las horribles nubes que
descargaban sin descanso su lluvia, cuando vi que pequeños farolillos colgados
en los árboles iluminaban el camino y la oscuridad creada por la tormenta y la
noche. El coche se detuvo, minutos después, delante de una bonita casa oscura
de dos alturas y establo incorporado. Había luz en el piso inferior y salía
humo de la pequeña chimenea en el tejado.
- Ya estamos en casa.
Con una sonrisa, Peter cogió el único paraguas que llevábamos y
descendimos del coche. Mientras mi amigo daba instrucciones al cochero para
bajar nuestro equipaje, la puerta principal se abrió y una mujer salió a
recibirnos. Era bastante alta, muy delgada y de mediana edad. Llevaba un
elaborado moño negro e intentaba resguardarse de la lluvia bajo un inmenso
paraguas mientras corría hacia nosotros:
- Peter, querido niño, que alegría volver a verte, ¿Cómo ha ido el
viaje?
La mujer, muy bien vestida con un elegante vestido gris, abrazó
con fuerza a Peter mientras éste reía feliz:
- Querida tía, os he echado mucho de menos.
Peter se apartó de ella un tanto y se giró hacia mí. Su tía
pareció percatarse por primera vez de mi presencia. Su sonrisa se borró de
inmediato. Bajo la tenue luz de los farolillos, vi cómo su rostro palidecía. Mi
corazón empezó a latir asustado, ¿qué
estaba pasando? La risa de Peter intentó quitar importancia al asunto:
-¿Qué ocurre tía? Parece que hayas visto un fantasma.- Peter me
pasó un brazo por los hombros y yo se lo agradecí en silencio. ¿Por qué todos
reaccionaban de aquella manera al reparar en mi rostro, como si viesen algo terrible
en mi mirada?- Sue, esta es mi tía, Morgan Gray- Peter nos presentó, ignorando
que su tía se hubiese quedado sin palabras- Tía, ella es Suzanne Howard, la
amiga de la que te he hablado en mis cartas.
Morgan pareció volver a la realidad y extendió su mano, sonriendo.
Mientras se la estrechaba, pude comprobar que la palidez de su rostro aún no
había desaparecido del todo.
- Encantada, querida. Bienvenida a Oldsense.
Me quedé, mirándola, sin saber qué decir:
- Sue, será mejor que pasemos. No queremos coger una pulmonía.
Peter me tomó de la mano y me guió hacia el interior de la casa
mientras Morgan nos seguía. Mi mente intentaba comprender lo que estaba
ocurriendo. ¿Por qué había reaccionado así la tía de Peter? Atravesamos el
umbral de la casa y, al verla, me relajé un tanto. Era realmente acogedora,
decorada con un gusto exquisito en tonos pastel. El recibidor era pequeño y
comunicaba con un salón a mano derecha, un par de puertas cerradas a la
izquierda y una escalera de madera que conducía al segundo piso. Los pequeños
muebles de teca y los cuadros en los que reconocí la mano de Peter, decoraban
con gran gusto la estancia. Una joven doncella salió de una de las puertas y
nos saludó con una reverencia.
- Bienvenido, señorito Gray, señorita.
Morgan le entregó nuestros
paraguas y ésta se retiró de inmediato:
- ¡Prudence! Tu hermano ha llegado.
Oí unos pasos apresurados sobre nuestras cabezas. Dirigí mi
atención hacia la escalera por donde bajaba corriendo una niña de unos diez
años. Era muy rubia y menuda, como su hermano, y tenía la piel casi tan pálida
como su tía. Sus ojos eran preciosos, del color de la esmeralda y
desproporcionadamente grandes para una cabeza tan pequeña. Con un gritito de
alegría, saltó el último escalón y se tiró a los brazos de su hermano.
- Prudie, cariño. Cuánto has crecido, estás muy guapa.
La niña rió divertida:
- Te he echado de menos- se apartó de Peter y le miró muy seria-
¿me has traído regalos?
Peter soltó una gran carcajada y posó sus manos en los menudos hombros
de su hermana:
- Tantos que no sé si te los mereces. Pero antes, quiero
presentarte a alguien- giró a su hermana hacia mí y yo sonreí sin poder
evitarlo, al ver a la niña observarme curiosa. Era la única que no se había
asustado al conocerme- Ésta es Suzanne. Vivirá con vosotras a partir de ahora.
La pequeña hizo una reverencia exagerada y me miró muy seria:
- Mi nombre es Marjorie Elizabeth Prudence Gray.
- Pero puedes llamarla Prudie- completó su hermano aguantando la
risa. La niña sin embrago, le fulminó con sus ojos inocentes.
-¿Puedo ir ya a por mis regalos?
Antes de que Peter pudiese contestar, Prudie se lanzó hacia la
puerta y salió sin abrigo a la intemperie de la noche.
- Es así de encantadora la mayor parte del tiempo- comentó con
sorna mi amigo.
- No sé de quién ha aprendido esos modales- di un respingo al
darme cuenta de que Morgan seguía ahí observándome en silencio- Si me permites,
querida, te mostrare tu habitación.
Seguí a Morgan hacia el piso de arriba, mientras Peter ayudaba al
cochero a subir el equipaje y, de paso, a buscar a su alocada hermana. El
pasillo del segundo piso era bastante amplio aunque, en contraste con la
primera planta, tenía una decoración más sobria: un par de cuadros sobre la
pared lisa y un gran jarrón de pie que sostenía una voluminosa planta con
flores rosáceas en una esquina. Morgan se detuvo en la cuarta y última puerta y
con un gesto de su mano, me invitó a entrar. No era una habitación muy grande
pero me gustó nada más verla. Era realmente acogedora: una cama con dosel
ocupaba el centro de la habitación, había un bonito armario de madera tallada
junto a un espejo de pie en una esquina y un modesto escritorio bajo una
ventana con cortinas en tonos malvas, a juego con el papel de pared, que daba
al bosque.
- Es muy bonita- me giré hacia Morgan, agradecida- muchas gracias
por todo.
-Si necesitas cualquier cosa, sólo tienes que pedírmelo- Morgan me
sonrió, conforme- Dejaré que descanses un poco. Te avisaré cuando esté lista la
cena.
Morgan cerró la puerta al salir y yo me dejé caer agotada sobre la
cama. Cerré los ojos, tranquila, dejando a un lado mi extraña llegada. Me
sentía como en casa.
- ¿Es verdad que en Londres hay maquinas gigantes que se mueven
muy deprisa y que llevan a las personas más rápido que los caballos?
Mientras escuchaba divertida el interrogatorio de Prudie, eché un
vistazo a mi alrededor, sintiéndome en paz. Estábamos en el acogedor comedor de
la casa de Morgan, los cuatro sentados en torno a la mesa, disfrutando del pavo
que habían asado para nosotros.
-Se llaman trenes, Prudie- contestó con paciencia Peter- y son
realmente aterradores.
Reí ante la mirada de fascinación de la pequeña:
-¿Algún día me llevarás a verlos?
-La verdad es que dan un poco de miedo- comenté, ante la mirada
agotada Peter por la implacable charla de la niña- A mí me gustan mucho más los
caballos. Londres no es tan impresionante como imaginas.
Prudie me miró como si me hubiese vuelto loca. Pero algo pareció
distraer su atención porque fijó su mirada en la ventana que estaba detrás de
mí:
-¡Está nevando!
La pequeña se levantó, antes de que su tía pudiese impedirlo, y se
encaramó a la ventana:
-Prudence, vuelve a la mesa de inmediato.
-Pero tía, está nevando- Prudie se giró hacia su hermano, como si
aquello lo explicara todo- ¿Puedo ir?
Peter se encogió de hombros:
- Vas a ir de todos modos, ¿verdad?
La niña rió, dio un beso a mi amigo y salió corriendo del comedor
antes de que nadie pudiese detenerla. Yo todavía intentaba salir de mi asombro.
Una cosa era aquel desconcertante frío propio del más frío invierno o incluso
la incansable lluvia que asolaba toda la Comarca pero, ¿nieve a principios de
otoño? Peter me miró y entendió lo que pensaba.
- Es la magia de Oldsense.
-De la que terminas cansándote cuando en los veranos de los
últimos años, no subimos de los diez grados.- completó Morgan, aún claramente
molesta ante la reacción de su sobrina.
- La cena estaba exquisita, señora Gray.
-Llámame Morgan, querida- la mujer, tras la primera reacción al
verme, me miraba ahora sonriendo- Supongo que ahora también eres parte de la
familia.
Peter agradeció el comentario a su tía con una sonrisa y yo
asentí, complacida. Me sentía bien, cómoda, aunque aún había algo que me hacía
sentir extraña. Decidí que era mejor afrontarlo cuanto antes.
- En ese caso, Morgan, ¿podría hacerte una pregunta?- Peter me
miró con gravedad, sospechando lo que estaba a punto de decir- Antes, cuando me
ha visto por primera vez, parecía asustada- ella desvió la mirada evidentemente
incómoda, pero yo continúe- y no ha sido la única. Peter y yo paramos antes de
llegar en la plaza y tres mujeres reaccionaron de la misma manera- hice una
pausa, recordando la estupefacción de la anciana y sus últimas palabras- Una de
ellas me llamó Clarice.
Morgan miró a su sobrino, decidiendo si debía contestar o no, una
pausa que se me hizo eterna:
- Clarice era una joven de la villa. Ella y su padre el relojero
vivían aquí, a las afueras de Oldsense- la mirada de Morgan parecía perdida en
algún lugar de sus recuerdos. Suspiró antes de volver a mirarme- Te pareces
mucho a ella. No estoy diciendo que seáis idénticas, pero podríais pasar por
hermanas.
Asentí, comprendiendo en parte la confusión, aunque no por ello me
sentía más aliviada:
- Supongo que será divertido conocerla.
- Me temo que eso no será posible- me interrumpió Morgan. Al
mirarla a los ojos supe que tras su respuesta había mucho más. Lo que no me
esperaba es lo que Morgan me confesó casi en un susurro- Clarice está muerta-
aquella noticia me impactó tanto que me costó respirar, pero Morgan no pareció
darse cuenta- Ella y su padre murieron en un accidente. Su coche se precipitó
por un desfiladero hace años. Ella sólo tenía dieciséis años.
Aún estaba intentado asimilar toda la información, cuando Prudie
entró precipitadamente en el comedor. Estaba empapada y el bajo de su vestido
chorreaba agua.
- La nieve está cuajando. Ya casi me llega por los tobillos.
-Prudence, ve de inmediato a cambiarte- la niña se rió y salió de
nuevo corriendo, aunque dudaba que se dirigiera a obedecer a su tía. Morgan
volvió a mirarme, sombría- Lo siento, cielo. No quería ensombrecer tu llegada
con una historia tan triste.
En realidad, no sabía bien cómo sentirme. Me giré hacia Peter,
buscando comprensión, pero mi amigo estaba distraído, observaba la nieve a
través de la ventana:
-¿Qué ocurre Peter? ¿Estás bien?
-Sí, claro – mi amigo intercambió una mirada con su tía y ésta
asintió, comprendiendo- Si sigue nevando así esta noche, el paso que atraviesa
la montaña que comunica con Ardara se bloqueará.
- ¿Qué quiere decir eso?
- Que si no deja de nevar, tendré que marcharme mañana al
amanecer. No puedo correr el riesgo de quedarme aquí, aislado. Tengo que estar
en Londres la semana que viene y, con estas temperaturas, la nieve no se
derretirá para entonces.
Aquella noche, al contemplar la nieve caer sobre el bosque de
Oldsense a través de la ventana de mi habitación, por primera vez en cinco
años, me sentí afortunada. Afortunada por conocer a una persona tan buena como
Peter y haber tenido la oportunidad de encontrar un lugar tan mágico como
Oldsense. Sonreí, mientras vagaba allí donde mi mente me permitía, respetando
por primera vez, esos muros que me habían causado tanto daño. Mientras
intentaba encontrar las palabras adecuadas que expresasen cuanto sentía y
escribir una carta a la tía May, algo llamó mi atención en el paisaje nevado.
Entre los altísimos árboles del bosque, a lo lejos, se distinguían las luces de
lo que parecía una gran mansión en lo alto de una colina. Era como estar
contemplando uno de esos juguetes en los que una pequeña bola de cristal
encierra una ciudad nevada. Bostecé, empezando a sentir sueño y decidí que
había llegado el momento de irse a dormir. Esta vez, al recostarme en la cama,
cerré los ojos sin miedo. Sabía que esa horrible pesadilla vendría a buscarme.
Pero volvería a abrir los ojos, a un nuevo día, que ya estaba deseosa por
vivir.
Sigue siendo una historia preciosa, muy descriptiva, interesantísima. Me encanta, cuelga pronto la segunda parte del capítulo, ¡que inriga!.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marisa.
EliminarMe alegra muchísimo que te siga gustando la historia y mi forma de escribir ;)Muy pronto tendréis el resto del capítulo
Enhorabuena! Te superas en cada capítulo, Oldsense parece tan real y misterioso a la vez, me gusta muchísimo. Esperando ya la continuación!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Ana.
EliminarMe hace mucha ilusión que te guste Oldsense y que te siga enganchando la historia. No tendréis que esperar mucho para tener la continuación ;)
Cada vez me gusta más la historia!!!! Enhorabuenaaaaa. Espero que podamos leer la siguiente parte del capítulo prontito. Saludos!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Roses.
EliminarMe hace mucha ilusión que te siga gustando esta historia. Muy pronto tendréis disponible el resto del capítulo ;)
Que bonita, cada vez está mejor.Felicidades. Merece ser publicada y así tener la oportunidad de leerla entera, me encantaría. Suerte y ánimo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Martina.
EliminarDe verdad que me alegra muchísimo que la historia os siga gustando como al principio (gracias por darle la oportunidad de ir leyéndola poco a poco). No sé cómo agradecéroslo ;) A cambio os puedo prometer que no dejaré de intentar que podamos ver Delirio en papel algún día.
muy bonita. Felicidades por el trabajo bien hecho :) la segunda parte, porfa :P
ResponderEliminarMuchas gracias!
ResponderEliminarMuy pronto tendréis la siguiente parte (seguramente el fin de semana ;))
Me ha sabido a poco como siempre..no tardes mucho en colgar la segunda parte. Qué intriga!!!! Quién será Clarice??? Será feliz Sue en Oldsense?? Me gustan muchísimos las novelas misteriosas como esta. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias!
EliminarNo sabes la ilusión que me hace que sigas esta historia con la misma ilusión que al principo y la sigas apoyando desde tu blog.
Si te gusta el misterio, estoy segura de que no te decepcionará el resto de la historia ;)Suzanne aún tiene mucho que contaros si le seguís dando la oportunidad!
I look forward to reading the following chapters.I will make my comments afterwards.What I really like is the balance you are keeping between "a beautiful language expression" and action.I know it's very bold of me to criticize such sacred books as "Lord of the Rings"but I feel descriptions outweigh the plot and consequently make it tedious :( this is not the case of"Delirio"
ResponderEliminarThank you, Irena.
EliminarYour comments and support are really important for me: you really know the most wonderful masterpieces of literature. This is the reason why I am very happy with your opinion: knowing that your are enjoying this story and my style of writing make me really happy ;)
Un nuevo capitulo al que me engancho. nuevos misterios...cada ve mas interesante. Un besado y sigue así
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lucía.
EliminarMe alegra que estés disfrutando de esta historia. Te invito a que te unas a los seguidores de este blog (cuantos más seamos, antes podré haceros llegar nuevos capítulos)